sábado, 30 de mayo de 2015

Nuestro primer Couchsurfing

La primera vez que leímos “Couchsurfing” estábamos en nuestro país (Chile), todavía era un sueño la idea de viajar por más de un mes, ni siquiera era una posibilidad a corto plazo, sólo estábamos leyendo experiencias de viajeros por el mundo y nos enteramos que había países en que se practicaba en forma masiva el hospedar o alojarse con un extraño, pero en realidad para nuestra cultura era algo impensado.

No es que seamos de un país ultra tercer mundista ni mucho menos, pero la simple idea de dormir con un desconocido  nos sonaba extraña, quizás a ti también te lo parezca y pienses que jamás lo harías por lo que te contaremos como fue nuestra primera experiencia con couchsurfing. 

Desde ya te decimos que si sólo estas pensando en hacer esto para ahorrarte el costo del hospedaje, no tiene tanto sentido que lo practiques ya que si bien es 100% gratuito dormir, la idea fundamental es el intercambio cultural.

Por qué no?

Dejamos a tras los perjuicios tomamos nuestras mochilas y nos fuimos rumbo a la Sokcho. Con miedo a lo desconocido, pero con la misma intención de siempre “conocer”, entonces aprovechamos el momento, habíamos leído referencias de nuestra anfitriona pero no sabíamos donde íbamos a dormir, si necesitábamos saco o teníamos que llevar, pero partimos….

Con sólo una dirección  y el nombre de nuestra  anfitriona, llegamos al departamento en el piso 12  de un gran edificio, con mucho menos ingles del que tenemos hoy… Esperamos a que se abrieran la puerta y sin saber que decir  nos encontramos con la cálida sonrisa de Kelly una canadiense de 30 años que vive en corea hace dos años.

Afortunadamente Kelly practicaba mucho el Couchsurfing y sabia que no hablábamos mucho ingles por lo que nos guió enormemente,  la invitamos a cenar comida típica coreana para entrar en confianza  y en la noche, ya estábamos cómodamente durmiendo en el living de su casa como tres buenos amigos.

No sólo fue gentil en recibirnos si no que además nos hizo de guía turístico, a pesar de que ella trabajaba nos presto un mapa para que pudiéramos recorrer la ciudad y nos dio los principales datos, estuvimos en su casa tres noches y fue muy cómodo, sin embargo nuestra dificultad fue la comunicación porque no hablamos ingles fluido, a pesar de eso ella intentaba hablar español y hasta nos leyó el tarot en la última noche.

Sabemos que no todas las experiencias son iguales, pero, para nosotros fue algo mágico, en realidad el darnos cuenta que todavía existen personas que quieren conocer a otras y darles una mano es súper enriquecedor, aprendimos un montón en esos días!

Esperamos llegar a Chile y poder devolverle la mano a un viajero...

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